Si enigmático es el origen de las 2500 piezas de piedra prehistóricas encontradas en 1924 en la aldea francesa de Glozel, aún lo es más la escritura grabada en ellas.
Arqueólogos y científicos dedicados a la interpretación del sistema observaron en esta escritura que los trazos no son únicos, es decir, en ellos se puede descubrir cierta relación con otras grafías antiguas y cercanas: itálicas, ibéricas, etc. Hay quien intenta ver en ellos las raíces de lenguas tan dispares como la finesa, la irlandesa o la noruega. Aunque aún están lejos de concluir las indagaciones.
La conservación de las tablillas no encierra ningún misterio y las investigaciones con la tecnología más moderna han ubicado las piezas en las proximidades del 400 a.C. Otros análisis mediante el carbono 14 han dado resultados dispares, que apuntan hasta los 19.000 años de antigüedad.
Entre las reliquias localizadas en Glozel se encuentra uno de los símbolos más antiguos utilizados por el hombre: la cruz gamada o esvástica. Aunque aún no se ha aclarado el significado mágico de este signo con 4 brazos en diferentes direcciones, que se puede formar por 4 letras gamma mayúscula del alfabeto griego colocadas en forma circular, los científicos descartan que pueda tratarse de una representación icónica. La versión más popular es la que asocia la esvástica con los astros y con el origen y la evolución de la vida. La verdad es que, desde la Pre-historia hasta hoy, las esvásticas se han utilizado en todas las épocas y por las culturas más dispares.
Aspirar a conocer el significado de los signos de las tablillas queda muy lejos de las posibilidades actuales. No obstante, siguen las investigaciones para descubrir una estructura coherente en el centenar de signos reconocidos que pueda indicar que sean una representación escrita, alfabética o silábica, de un lenguaje.
ARGA-Grafología
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