La escritura cuneiforme se desarrolló en el cuarto milenio antes de nuestra era, y es el sistema de signos más antiguo reconocido.
Primero consistía en un lenguaje de imágenes con sencillos pictogramas, aunque con el tiempo se fue transfigurando en un sistema más complicado de ideogramas para expresar, mediante combinaciones de dibujos, ideas de mayor complejidad.
Su nombre es ‘cuneiforme’ debido a las marcas producidas por los punzones en forma de cuña sobre las tablas de arcilla blanda, que servían como soporte escritural.
La escritura cuneiforme se extendió desde Mesopotamia, patria de los sumerios, hacia amplias regiones de Oriente, utilizándose en Armenia, Siria, Palestina y parte de Egipto. Se empezó a sustituir por otros sistemas de signos en el siglo IV a.C.
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